La pandemia que estamos sufriendo está dejando claro una vez mas que aún queda un largo camino por recorrer en el fútbol femenino. Son varios los golpes que ha sufrido el deporte rey -cuando este es protagonizado por mujeres-, en general y Primera Iberdrola y Reto Iberdrola en particular, en muy poco tiempo. Es por ello que cabe hablar de una discriminación en el fútbol femenino.
Golpes en el fútbol femenino
El primer golpe que sufrió el fútbol femenino fue cuando el pasado mes de marzo (A falta de ocho jornadas) vimos el ultimo partido de la Primera Iberdrola, desde entonces se han producido todo tipo de rumores, especulaciones y teorías sobre el futuro de la competición.
Llegó un segundo golpe cuando anunciaron que la fecha inicial prevista para el comienzo de la Primera Iberdrola (5 de septiembre) no iba a ser la definitiva. Se especularon con todo tipo de posibilidades, pasando por una separación en dos grupos, hasta llegar a plantearse comenzar la competición en navidad. Finalmente se optó por aplazar un mes el inicio de la competición, con fecha 3 y 4 de octubre.
Argumento de la RFEF
La federación explica que el motivo por el cual ha sido retrasada la fecha para comenzar la competición ha sido la falta de un firme protocolo sanitario que debía ser aprobado por el CSD (Consejo superior de deportes) citando textualmente: «Nosotros planteamos que fuera el 5 de septiembre, pero cuando vivimos los rebrotes pedimos al Gobierno un protocolo sanitario. Este ha llegado mucho más tarde, de hecho, hasta el pasado viernes no se aprobó».
Por el contrario el CSD también se desentiende de la situación y responde a las declaraciones de la RFEF argumentando lo siguiente: «Nuestro organismo elabora protocolos generales, pero las competencias de las ligas no profesionales son de las federaciones y en este caso se debería dirigir la pregunta a la Real Federación Española de Fútbol, que es de quien depende la Liga de fútbol femenina».
Resolución
A día 18 de septiembre, ya con un protocolo aprobado continua la incertidumbre y las dudas ante el comienzo de la competición con preguntas del tipo: ¿Cómo y quién se costeará los test frente al COVID-19? ¿Con qué regularidad se realizaran estos test? ¿Qué ocurrirá en caso de suspensión de la competición?
Lo que queda claro es que a día de hoy aun falta un largo camino por recorrer en el mundo del fútbol femenino. El primer paso necesario para su correcto y necesario avance sería la profesionalización de la competición a la mayor brevedad posible.