En unos pocos días, el balón echará a rodar para dar por finalizada una nueva y atípica edición de la Women’s Champions League. Y, en ese escenario, no podremos ver al FC Barcelona. Lo que se vio ayer sobre el césped del Reale Arena solo confirma la dinámica positiva y creciente del conjunto catalán y su compromiso con el fútbol femenino.
Sin embargo, el conjunto de Lluís Cortés cayó por la mínima ante el Wolfsburgo, a pesar de ser significativamente superior durante prácticamente todo el encuentro. Pero el solitario gol de Rolfö hizo que la gran mayoría de jugadoras blaugranas se deshiciesen en lágrimas al término de los noventa minutos.
Kulcsár como protagonista
El infortunio del Barça se vio acentuado por las polémicas decisiones de Katalin Kulcsár. La colegiada húngara no es una desconocida para las futbolistas azulgranas. La eliminación de España en el Mundial de Francia a manos de Estados Unidos también tuvo a Kulcsár como protagonista. Primero, al señalar un penalti muy riguroso de Mapi León sobre Tobin Heath. Y, ya en la segunda mitad, por señalar otra más que dudosa pena máxima de Virginia Torrecilla sobre Lavelle.
En la semifinal perjudicó al Barça en otras dos acciones. A la salida de un córner, el balón impactó claramente en la mano de Henrich pero la colegiada no apreció pena máxima. Y, a pocos minutos del final, Abt arroyó a Graham Hansen tras una salida defectuosa. De nuevo, Kulcsár, sorprendió señalando falta en ataque de la futbolista noruega. Incomprensible para una de las colegiadas mejor valoradas por la UEFA.
Condenadas por las ocasiones perdidas
Si a los errores arbitrales se les suman los fallos de las futbolistas de cara a puerta, el resultado es el de una eliminación injusta. Oshoala y Graham Hansen fueron las futbolistas que más buscaron los goles de la entidad culé. No obstante, jugadoras como Mariona o Aitana también estuvieron cerca de conseguirlo.
Esos goles cantados que acabaron yéndose al limbo fueron minando la moral y la paciencia del Barça, hasta que el gol de Rolfö derivó en una dinámica de ansiedad que ya no se pudo revertir. Las ocasiones seguían llegando, pero la portería cada vez se les hacía más pequeña…
Tres semifinales en cuatro ediciones
La primera hazaña del FC Barcelona en Europa llegó en 2017. El conjunto catalán se impuso al Minsk, al Twente y al Rosengård con claridad. Sin embargo, la alegría de llegar a semifinales se vio entorpecida por el vendaval parisino. El PSG arroyó al Barça con un total de 1-5 en el marcador final. Un año más tarde, sería el Olympique de Lyon el verdugo del Barça en los cuartos de final. El conjunto francés acabaría, a la postre, levantando el tercer título consecutivo y demostrando su hegemonía en el mundo del fútbol femenino.
El mayor éxito del Barça en la Champions llegó en 2019. El cuadro de Lluís Cortés se plantó en la final tras superar con susto al BIIK Kazygurt, arroyar al Glasgow City y al LSK Kvinner y superar con determinación al Bayern de Múnich. No obstante, las catalanas fueron duramente superadas por el Lyon. En media hora, Marozsán y Hegerberg anotaron los cuatro goles franceses para sacar al Barça del partido.
Un año más tarde, el Barça ha vuelto a caer en semifinales. Esta vez ante el Wolfsburgo. Sin embargo, la dinámica de años anteriores ha saltado por los aires. Si bien hace unas ediciones se podía palpar con claridad la diferencia de nivel entre las grandes potencias europeas y los conjuntos españoles, actualmente esta brecha ha desaparecido. La derrota injusta y por la mínima del cuadro de Lluís Cortés tan solo hace que acercar un poco más al Barça a la gloria. Las jugadoras avisaron tras el encuentro: «Volveremos».
La profesionalización como primer escalón
Sin embargo, para entender el crecimiento paulatino del FC Barcelona debemos echar la mirada cinco años atrás. En 2015, después de que el equipo hubiese levantado los últimos cuatro títulos ligueros, el club de la capital catalana inició un proceso de profesionalización de la plantilla, demostrando su compromiso con el fútbol femenino.
A pesar del crecimiento, en la competición doméstica se encontraron con Athletic Club y Atlético de Madrid. El equipo vasco en una ocasión y el de Madrid en tres impidieron que el Barça volviese a levantar el título hasta este año.
En Europa, la implicación del club y las inversiones en la plantilla han conseguido que la distancia con los grandes clubes no solo se haya reducido significativamente, sino que en la actualidad, el equipo puede competir directamente con cualquiera de ellos. El Barça ha tomado el camino hacia el éxito y parece que la meta está cada vez más cerca.