En lugar de avanzar y mirar hacia adelante, el fútbol femenino y su profesionalización siguen estancados. Y, a no ser, que se produzcan cambios resolutivos en los próximos días, volveremos a vivir una huelga en el fútbol femenino profesional. Huelga que ya se vivió en 2019 con motivo de la lucha por un convenio digno. La actual, podría darse en esta ocasión debido a la lentitud en el proceso de profesionalización. No hay unos estatutos establecidos, y no se llega a un acuerdo por los mismos. Las futbolistas están hartas de esta situación.
Dos propuestas sin consenso
Para la constitución de la Liga Profesional, son necesarios unos estatutos que hasta la fecha no están definidos. Se han presentado dos propuestas de estatutos. Por un lado, la propuesta del denominado G3, que conformarían los tres clubes independientes, F.C Barcelona, Real Madrid y Athletic Club. Y por otro lado, la propuesta del G12, el grupo formado por el resto de equipos de la categoría. Ambas propuestas bastante diferentes y condenadas a no ligarse. Dado que el G3 pretende que la modificación de los estatutos y los ingresos comerciales y audiovisuales se lleve a cabo con un 90% de votos favorables. El G12 por su parte critica este punto, ya que considera que el G3 solo busca el derecho a veto.
El CSD no acelera el proceso
Para más inri, el CSD hizo una propuesta anterior a las dos mencionadas por los diferentes grupos, y la misma ha alterado aún más la situación. Según fuentes de la cadena Onda Cero al G12 le pareció una propuesta de estatutos inadmisible. Alegan que la propuesta parecía estar escrita directamente por la RFEF, limitando en gran parte los derechos del G12.
Además, el CSD propuso que la presidenta fuese elegida por la misma RFEF, cosa que no agradó al G12. Y, menos aún, si finalmente se hacen oficiales los rumores sobre la elegida, que sería María Tato, la actual responsable federativa del fútbol femenino y anteriormente en el Athletic Club. También, cabe mencionar, que la composición de la Junta Directiva tampoco deja en buen lugar al G12, favoreciendo claramente a la RFEF y al G3. Dado que la misma estaría compuesta por el campeón de la competición, el recién ascendido y dos entidades socias elegidas por la presidencia.
El consenso no se ve por ninguna parte, y la huelga en el fútbol femenino profesional cada vez se materializa más. El G12 es el más afectado hasta el momento. Dichos equipos están contra las cuerdas económicamente, tras la modificación del Real Decreto de Venta de Derechos Audiovisuales, no se les permite comercializar de forma colectiva sus derechos hasta que la Liga Profesional no esté constituida. Y la misma, no se constituirá sin un acuerdo, que haga llegar esos treintaiún millones que el CSD prometió al proyecto. Por ello ante esta situación de no avance, la huelga en el fútbol femenino profesional cada vez está más cercana. Se necesitan soluciones.
Huelga en el fútbol femenino en 2019
Situación similar a la actual, se vivió hace dos años. El fútbol femenino luchaba por la firma de un convenio digno donde su salarios estuviesen a la altura de su trabajo, y dónde se reconociesen unos derechos totales. Las futbolistas dieron un margen de tiempo en el cual no vieron soluciones y decidieron plantarse y ponerse en huelga. Huelga que afectaba a los partidos ligueros, y que todas cumplieron hasta que se reaccionó al respecto desde las altas esferas.
Gracias a este golpe encima de la mesa por parte de las futbolistas, actualmente las mismas tienen unos derechos que las respaldan, con un salario mínimo fijo, y con la maternidad cubierta. Si en la actualidad no se agilizan los procesos para hacer real esa deseada Liga Profesional, retrocederemos en el tiempo y viviremos de nuevo, una huelga en el fútbol femenino profesional.