Ya se anunciaba en la previa que al final de los noventa minutos del partido de hoy iban a correr las lágrimas, unas de pena y otras de alegría. Antes del pitido inicial, el Dépor tenía en su mano la opción de matar dos pájaros de un tiro. Una victoria le daba los tres puntos y, a la vez, se los quitaba a su único rival en la lucha por lograr la permanencia. La parte negativa es que se lo jugaba todo a una carta ante un equipo que, lejos de llegar relajado a la cita en la penúltima jornada de la Liga Iberdrola, necesitaba imperiosamente lograr, al menos, un punto, para darle carpetazo por fin a esta difícil temporada. Juan Carlos Amorós ya había afirmado antes del partido que sus futbolistas afrontaban la cita ante el Dépor como una final, por lo que se preveía un duelo a muerte y, efectivamente, así lo fue. Festejó el Betis, que se llevó el choque por 3-1. Lloró el Dépor, que jugará el año que viene en Reto.
Anticipo de la fiesta
Por primera vez en la temporada el Real Betis se fue al descanso, no solo ganando, sino dos goles por delante. La mañana salió verdiblanca y las locales jugaron sin fisuras. En defensa se manejaron con una intensidad que parecía imposible de lograr en la primera vuelta. Aparte, estuvieron entonadas, desde Méline, que le ganó un mano a mano a Peke cuando aún habría habido esperanzas para el Dépor, hasta Mari Paz, que tras una temporada plagada de problemas ha acabado el curso más entonada y marcó el primer tanto. Los goles llegaron en el momento justo y eso rebajó la presión en el cuadro bético. En el Dépor, sin embargo, sucedió lo contrario. Al descanso, las caras de muchas de las jugadoras ya estaban descompuestas. El coruñés no es el peor equipo que ha pasado por Sevilla, pero ya había agotado su tiempo. Su planteamiento inicial fue valiente e intentó jugar con sentido. Ni Gaby ni Peke se escondieron, y siempre que el balón pasó por los pies de Alba Merino se vio que a las pupilas de Manu Sánchez no les falta calidad. Sin embargo, el Betis se empleó con contundencia, trabajó sin descanso y fue capaz de desactivar el planteamiento visitante. Además, tuvo acierto ante el gol.


Alivio verdiblanco
Tras el descanso, las jugadoras del Betis se hubieran quedado gustosas en el vestuario, dando por finalizado el choque. Las del Dépor, por el contrario, salieron sin nada que perder. Todos los cartuchos que aún tenían salieron a quemarlos. En consecuencia, los primeros diez minutos de la reanudación fueron de un intenso dominio deportivista. Las coruñesas cayeron con la cabeza muy alta, porque necesitaban tres goles, pero salieron a morder. Realmente, dieron la cara hasta que apareció, de nuevo, Ángela Sosa y destapó el tarro de las esencias. Un exquisito zapatazo suyo desde la frontal del área entró pegado al palo derecho de Sullastres. Para el Betis y para el Dépor ahí acabó, no ya el partido, sino la liga.


Otros dos goles de Sosa en la Liga Iberdrola
El primer gol llegó tras un centro medido de Rosa Otermín, que cabeceó a la red Mari Paz Vilas (1-0, minuto14). El segundo gol subió al marcador tras una falta botada en la frontal del área por Ángela Sosa. La bética le pegó fuerte a la pelota, que rebotó en la barrera y despistó a Sullastres (2-0, minuto 37). Ya en la segunda parte, un duro disparo de Sosa se coló raso, pegado al palo derecho de la guardameta del Dépor (3-0, minuto 61). Para finalizar, en el descuento Peke anotó el gol del honor deportivista (3-1, minuto 92).
El Dépor dice adiós a la Liga Iberdrola
Se consumó el descenso del Dépor, un conjunto que el año pasado impresionó a todo el mundo y que este ha vivido un calvario. En verano perdió a jugadoras importantes, pero conservó a otras. Las deportivistas, tras un comienzo nefasto, lo han peleado hasta el final. La otra cara de la moneda ha sido el Real Betis. Al término de la primera vuelta era el peor equipo de la Liga Iberdrola. Su cambio de entrenador ha sido clave, ya que Juan Carlos Amorós ha logrado encontrar la cara buena de todas sus futbolistas. El Betis tiene mucho que modificar, tras dos años muy sufridos, pero tampoco es el endeble manojo de nervios que pareció ser a principios de año. Tras una meritoria segunda vuelta, certificó la salvación jugando en casa y con las gradas llenas. Tras los noventa minutos, hubo fiesta en el Estadio Municipal Felipe del Valle.
Tenía entendidoque le quedaba un cartucho al Dépor,