En la semifinal del martes, el Atlético de Madrid se impuso al Alhama Club de Fútbol, en el Estadio de Butarque (Leganés), y fue el primero en apuntarse a jugar la final de la XLI edición de la Copa de la Reina. Esta noche, en el mismo escenario, se vieron las caras el Athletic Club y el Real Madrid CF, en el marco de la segunda semifinal de la Final Four copera. El equipo vasco aspiraba a jugar, por tercera vez, el partido definitivo de la competición. El conjunto madridista, por su parte, llegó a cuartos de final en su primer año de historia, alcanzó las semifinales en el segundo, y buscaba seguir con su crecimiento en el torneo, logrando, a la tercera, plantarse en la final. El cuadro merengue ha protagonizado una temporada liguera sensacional, pero ese campeonato es otra historia. Eso debieron pensar Iria Iturregi y las suyas, antes de que el balón empezara a rodar y cayera el primer gol. Al final, fueron cuatro. El inapelable 0-4 que marcó el luminoso, tras los noventa minutos, hace posible que la gran final de la Copa de la Reina de la temporada 2022-23 vaya a decidirse tras un derbi madrileño.
El Real Madrid sentenció en la primera mitad
El Athletic apenas apareció por el área de Misa en la primera parte. Ese fue el primer mérito del Real Madrid. En el equipo vizcaíno, solo tuvieron la pelota las jugadoras de la línea defensiva, dado que el centro del campo madridista y su zaga funcionaron como un reloj, a la hora de destruir los tímidos intentos bilbaínos por atacar. Sin embargo, el conjunto blanco brilló más, si cabe, cuando buscó la portería de Quiñones. Sus futbolistas de ataque son una máquina, y ante eso, el Athletic, poco fue capaz de hacer. El Real Madrid no necesitó presionar arriba incansablemente, ni tampoco acosó a la portera vasca, pero acaparó la posesión. Además, cada vez que Linda Caicedo o Caroline Weir cogieron la pelota, se mascó el peligro. La primera no marcó, pero estrelló un trallazo en el poste en el minuto nueve. La segunda sí vio puerta, y siempre que apareció, lo hizo con sentido. En ataque, el Real Madrid fue un puñal, efectivo y mortífero. Eso, unido a su superioridad total en el mediocampo, posibilitaron que, al descanso, el duelo estuviera casi decidido.


El Real Madrid jugó a placer
Apenas si se habían disputado quince segundos de la reanudación, cuando el Real Madrid marcó el cuarto gol. Lo anotó, como no, Caroline Weir. Dadas las circunstancias, parecía que el partido iba a acabar en escabechina, pero el equipo madrileño no marcó más. No obstante, eso no significa que no dominara. Muy al contrario, las jugadoras de Alberto Toril protagonizaron un ejercicio perfecto de control, gracias al cual acabaron jugando un rondo eterno. Las ayudas entre las futbolistas, los achiques de espacio, los cambios de juego, las basculaciones de lado a lado y el orden, marcaron el buen hacer del Real Madrid, que dio todo un recital de como se puede dominar un choque. Profundidad tuvo poca, pero eso no pareció importarle mucho a las blancas, que prefirieron centrarse en hilar jugadas, una y otra vez. En defensa, Kathellen y, sobre todo, Ivana Andrés, estuvieron imperiales, por lo que Misa no pasó de ser, en ningún momento, una espectadora de excepción. Mientras, las jugadoras del Athletic asistieron a todo ese despliegue como convidadas de piedra. A su favor, hay que decir que lograron no salir machacadas de Butarque. Sin embargo, su resistencia al control madridista fue escaso. Quién iba a ser el finalista de la Copa de la Reina estuvo claro casi todo el partido.
Weir anotó un doblete y dio una asistencia
El primer gol llegó muy pronto. Para anotarlo, Caroline Weir destapó el tarro de las esencias. La escocesa recibió un pase de Claudia Zornoza a la espalda de la defensa, controló dentro del área con maestría, y elevó la pelota por encima de Quiñones, con un sutil toque (0-1, minuto 7). Poco después, llegó el segundo tanto, tras un centro de Weir. Toletti remató bien, pero el balón dio en la espalda de Zubieta, y eso descolocó a la portera del Athletic (0-2, minuto 26). El tercero llegó también en la primera parte, en un contragolpe. Caroline Weir, como no, abrió a banda, donde estaba Feller. Esta ganó la línea de fondo y centró al primer palo. Allí apareció Athenea, que se adelantó a la defensora bilbaína y marcó a bocajarro, disparando de primeras (0-3, minuto 39).


No habían pasado ni quince segundos de la segunda parte, cuando el Real Madrid asestó el cuarto hachazo. Robó Møller y el equipo merengue montó el contrataque. El balón lo condujo Oroz. Esta acabó poniéndoselo a Weir en al área. La escocesa bajó la pelota, buscando a Møller, pero Zubieta la rechazó. El esférico le cayó de nuevo a Weir, que, de primeras, fusiló a Quiñónes (0-4, minuto 46).


El Real Madrid a la final de la Copa de la Reina
El próximo sábado 27 de mayo, a las 22:00 horas, en el mismo estadio en el que se han jugado las semifinales, tendrá lugar la finalísima. Se verán las caras el Atlético de Madrid, que ya levantó el trofeo en 2016, y el Real Madrid, que aspira a lograr su primer entorchado. Los dos equipos han demostrado una gran superioridad en sus respectivas semis, por lo que se prevé un partido de poder a poder. El ganador cerrará la temporada 2022-23 en España por todo lo alto.