A algunos la vida les recuerda gracias al fútbol. A otras, el fútbol les recuerda qué es la vida. Es el caso de Evelina Cabrera (26/09/1986 – San Fernando), ex futbolista y entrenadora argentina, mánager deportiva y Presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol Argentino (AFFAR). También considerada activista social, cuando parecía que todo estaba perdido, apareció el fútbol. Hoy, según la BBC, es una de las 100 mujeres más influyentes del mundo. Una gran noticia para el fútbol femenino.
Con trece años sus padres se separaron y ninguno quiso hacerse cargo de ella. Ante tal indiferencia, comenzó a ausentarse en casa, hasta el punto de llegar a quedarse en la calle hasta los diecisiete años. Frío, hambre, falta de higiene… Apareció la tentación de las drogas y sufrió una violación. Hasta que finalmente, llegó el fútbol a su vida.
El fútbol y, de nuevo, la vida
Antes de ser una activista que lucha a favor de los derechos del fútbol femenino y las futbolistas, Cabrera intentó lograr el sueño de toda ciudadana argentina, ser futbolista. Sin embargo, la vida – en su máxima expresión – volvió a llamar a la puerta. Tenía un tumor.
Lejos de rendirse, de bajar los brazos o decir «¡basta!», decidió enfrentarse a él y cambio el césped por los banquillos. Se convirtió en entrenadora de fútbol. Fue entonces cuando Evelina Cabrera, gracias al fútbol, comenzó a ser la protagonista de su vida.
Cabrera o la gran noticia para el fútbol femenino
Como bien dice Evelina Cabrera en alguna entrevista anterior, «el fútbol no me salvó, me salvé yo sola». Sin embargo, fue una herramienta clave para gestionar una conducta de vida. Es innegable que el deporte fue para Cabrera una forma de volver a reconducir su vida, justo en el momento exacto. Antes de cumplir los treinta años de edad.
La argentina fundó la Asociación Femenina de Fútbol Argentino (AFFAR) para ayudar a otras futbolistas que no lo tienen fácil para salir adelante. Sin ir más lejos, la idea de fundar la AFFAR fue tras la muerte del padre de una jugadora en el año 2013. Después de más de 13 años jugando, el club no ayudó a la futbolista para el sepelio. Sin recursos, las únicas que ayudaron a la futbolista fueron varias mujeres que se unieron por la causa.
Con la labor social con creencia ferviente y el objetivo de que el fútbol femenino siga creciendo. Y es que, el fútbol femenino en Argentina aún tiene un camino muy largo que recorrer, sobre todo en el apartado de la profesionalización. Los frutos del gran trabajo del equipo de Cabrera se verán pronto, acercándose a las mejores federaciones y con estrategias de crecimiento similares realizadas en otros países.
En 2014 la escuadra nacional se proclamó campeona, consiguiendo la medalla de Oro, en los Juegos del Sur en Chile. Sin embargo, no tuvo ninguna repercusión. Ni el 0’1% del Mundial de México 1986. Mientras, uno es figura religiosa – más allá de su persona – y otra vela por el futuro de Argentina y de sus futbolistas.