Siempre me he fijado en las personas en su conjunto, en lo que representan, en lo que no se ve de ellas, en ese aspecto más profundo de cada uno que da pistas sobre nuestra personalidad y en cómo somos realmente cada uno. Es por esto mismo que cuando me preguntan en una conversación sobre fútbol qué futbolistas son mis preferidos, cuáles me gustan más o qué nombres destacaría no me suelen salir los nombres que necesariamente encontrarías entre las camisetas más vendidas. Tanto en fútbol masculino, como en fútbol femenino.
No les quito en nada valor, ni en lo personal ni en lo profesional, por supuesto. Pero si tengo que escoger siempre hago un compendio de todo lo que les destaca. Y a veces me pesan más en la balanza aspectos quizás menos futbolísticos y más personales.
No he ocultado nunca mi admiración por Alicia Fuentes, futbolista de tremenda carrera profesional (aún en tiempos en los que el fútbol femenino no era así considerado) pero de la que siempre he admirado su capacidad de liderazgo, de aupar a su equipo e insuflar aire, ya sea en el césped o desde la grada si hace falta.
A menudo me gana la naturalidad y la sencillez de las personas. Esa sensación de dejar huella, pero casi sin darse cuenta. Y así es ella.
Si hoy tengo que elegir a una jugadora en activo por encima de todas, sin duda apuntaría a Mariona Caldentey. Como en el caso de Ali, Mariona tiene como un aura propia, un punto personal que la hace destacar sin pretenderlo. Quizás no parece cumplir con ese perfil más mediático de algunas compañeras, pero la mallorquina supone finalmente un pilar fundamental, que imprime alma al equipo.
Mariona es la jugadora que está siempre ahí, en el momento adecuado, capaz de anticiparse la jugada del contrincante y aprovechar esa visión del juego. Tenaz, persistente y hábil casi en cualquier posición. Una jugadora que recogía hace pocos días el balón que le recordará su hat trick con la selección y lo miraba ilusionada, acariciando la pelota mientras comentaba que iba a pedir que se lo firmaran, con la misma felicidad con que una niña recibe un regalo. Y yo veo a una chica trabajadora, constante, que no da importancia a sus logros si no son con el equipo.
Mariona es magia. Es la sonrisa siempre por bandera. Uno de los diamantes que viene dando la tremenda factoría del Collerense.
Quieran o no, tanto Alicia Fuentes como Mariona Caldentey tienen un brillo especial que las hace diferentes. Y es que detrás de la sencillez y la humildad de algunas personas a menudo se esconde una grandeza que las hace destacar sobremanera y que no sólo se les reconoce en el fútbol sino que también se ve reconocido donde más enorgullece, en sus pueblos y con su gente: Ali puede decir que da nombre a una calle en su Totalán, Mariona también podrá contar que su nombre está escrito en grande en el campo de fútbol de su pueblo natal, Felanitx.