Termina una temporada más y pocas cosas parecen haber cambiado en el fútbol femenino europeo. Como si de un déjà vu se tratase, un equipo alemán y otro francés han vuelto a jugar la final del principal torneo que se disputa a nivel continental en Europa. Además, al igual que en los cuatro años precedentes, el Olympique de Lyon ha ganado de nuevo el título, reforzando aún más la sensación de que la realidad se repite una y otra vez. No puede ser casualidad.
Principal torneo europeo
La UEFA Women’s Champions League es la competición que enfrenta a los mejores equipos europeos de fútbol femenino. Participan en ella los campeones del principal torneo de cada país y también los subcampeones de las ligas con mayor coeficiente UEFA. La primera edición se celebró en 2001/02 y durante ocho años fue llamada Copa de la UEFA femenina. Para la novena edición, la de 2009/10, el campeonato fue bautizado con el nombre actual para equipararlo en todo a su homólogo masculino.
En nueve de las diecinueve ediciones disputadas del torneo algún equipo alemán se alzó con la victoria. En otras siete fue el Olympique de Lyon el que acabó como campeón. El dominio franco-alemán es tan abrumador en la Champions que el Arsenal inglés en 2006-2007 fue el último equipo de otra nacionalidad que ganó el título. Con respecto a los subcampeones, seis veces el finalista fue alemán y en otras cuatro ocasiones fue francés. De hecho, en los últimos once años solo el Tyresö FF sueco y el FC Barcelona español han conseguido meter cabeza en una final que, temporada tras temporada, parece llamada a ofrecer un duelo entre francesas y alemanas.
Campeonato más abierto
Este año la Liga de Campeones del fútbol femenino se ha visto afectada, como la mayoría de las cosas en el mundo, por la pandemia de Covid-19. Esta hizo que en primavera se tuviera que aplazar la última parte del torneo. Para poder terminarlo, la UEFA decidió modificar el sistema habitual y programó una fase final que se ha disputado durante una semana a partido único en dos sedes. La han jugado los ocho clubes que, en diciembre, tras la ronda de 1/16, se habían clasificado para 1/8 de final. Dadas las características del improvisado campeonato no era demasiado descabellado pensar que pudiera saltar la sorpresa. Sin embargo, la historia ha vuelto a repetirse y la final la han jugado el Wolfsburgo alemán y, cómo no, el Olympique de Lyon.
Dos modelos de triunfo en fútbol femenino
Por lo que respecta a los equipos alemanes, su supremacía desde los inicios de la competición sorprende menos, ya que la selección alemana ha sido siempre una potencia a nivel mundial. No en vano ganó la Copa Mundial Femenina en 2003 y 2007, y cuenta con tres medallas de bronce y una de oro en los Juegos Olímpicos, así como con ocho títulos de campeón de Europa de selecciones. Ese dominio concuerda, por tanto, con el hecho de que los equipos de Alemania hayan despuntado desde 2001 en la principal competición europea de clubes.
Un caso diferente es el del Olympique de Lyon. La selección francesa de fútbol solo ha pasado en una ocasión de 1/4 de final en un gran torneo. Si bien desde 2011 es una habitual de las fases finales de todos los campeonatos, lo cierto es que la selección gala no ha acabado de despuntar nunca. En el caso francés, por tanto, el buen hacer del Olympique de Lyon está más relacionado con la apuesta que hizo el club en 2004. Fue entonces cuando convirtió en su sección femenina la del FC Lyon y decidió convertirla en una potencia a nivel europeo. En la temporada 2009-10 el Olympique ya alcanzó la final de la Champions y, desde entonces, ha ganado siete títulos y ha jugado otra final.
En este sentido, en Alemania el nivel de la liga ha propiciado que haya habido una cierta alternancia en lo que a los campeones se refiere. Esto ha repercutido en el hecho de que los representantes alemanes en Champions hayan variado. Sin embargo, en Francia la tiranía del Lyon es incontestable, ha ganado las últimas catorce ligas. Por ello, el Paris Saint-Germain es el único club que parece poder seguir su estela y en Francia ha sido el que ha conseguido acompañar a las Lyonnaises a la máxima competición internacional en ocho de los últimos diez años.
Nuevos tiempos para el fútbol femenino
El nivel del fútbol femenino está creciendo año tras año en varios países de Europa. Sin ir más lejos, en Inglaterra la apuesta de sus principales clubes por reforzarse es patente y en España el nivel de la Primera Iberdrola también está subiendo como la espuma. Es muy probable que el dominio de los equipos alemanes y franceses en el futuro sea puesto en duda con mayor fuerza. No obstante, a día de hoy, parece claro que tanto alemanas como francesas siguen firmemente asentadas en sus preeminentes posiciones. Y tras lo observado en la fase final de la última Champions, no es casualidad.