La liga acabó hace varias semanas. Las competiciones en el fútbol femenino, en todas sus categorías, han terminado. Y con la llegada de esta fecha tope, empiezan las cábalas entre la afición por qué jugadoras quedarán en sus equipos y cuáles marcharán.
De un lado están los equipos que descienden. Algunas futbolistas continuarán en otros equipos en Primera Iberdrola (o Liga Ellas, a ver qué nombre llevará finalmente la nueva temporada del fútbol femenino español), otras continuarán en Reto, en el mismo club o quizás en otro nuevo. Habrá quien firme jugar bajo unos colores nuevos, buscando nuevos retos, nuevas ilusiones, cambios de aire o simplemente una nueva oportunidad. ¿Y por qué no? Y también habrá quien continúe donde estaba, dejando sensación de alivio en una afición que a veces teme más las salidas que los finales de temporada.
Ha sido una campaña tremenda la de este año, en todos los sentidos. Una competición brutal por llegar arriba y por no quedarse abajo en una tabla cada vez más competitiva. Unos meses de incertidumbre a veces en cuanto a las fechas de los partidos motivado por una pandemia que a veces nos trajo positivos que se traducían en cancelación de partidos. Y colgamos el cartel de “fin” de la misma forma: con una escena apoteósica en muchos casos que bien podría venir acompañada musicalmente con “Carmina Burana” de fondo.
En primer lugar tenemos los casos de descontentos o desencuentros (o las dos cosas) entre jugadoras y entrenadores. Los banquillos han dado tremendas sorpresas para poner picante a un final de liga con todo ya decidido.
Luego está la parte dolorosa de cada año. El adiós.
El telón se ha bajado este año con exceso de movimiento. Hay equipos que pierden gran parte de sus jugadoras, algunos también a su cuerpo técnico, los que pierden gran parte de su esencia… Aquellos que finalizan la temporada con un comunicado donde varias jugadoras señalan sentirse ofendidas, con razón, por ponerse en tela de juicio su profesionalidad y compromiso… Equipos que anuncian grandes e ilusionantes incorporaciones… Y los que despiden la temporada diciendo adiós a algunos de sus pesos más pesados.
¡Qué poco nos gusta de 30 de junio! ¡Y qué poco nos gustan algunas despedidas! Unas menos que otras, evidentemente, porque duelen más, por el peso de la jugadora en el equipo o su calado entre la afición.
Está claro que los clubes tienen su forma de funcionar, que serán motivadas por lo que sea y no elegido al azar, pero es verdad que no deja de sorprendernos a quienes miramos desde nuestras casas esta forma de anunciar las bajas que se vienen dando de un tiempo a esta parte. Se nos ofrece en forma de lista, como un mal trago que es mejor pasar de golpe. Pasar rápido, sí, pero a veces provoca un shock mayor, porque luego surgen las preguntas, las comparaciones… y el sentir común entre el aficionado de que algunas despedidas han sabido a muy poco.
Será la pandemia, será que hay detalles que no vienen recogidos en un convenio, pero de alguna manera nos sentimos a falta de un adiós, de ese aplauso que no ha habido, de una despedida con algo más de reconocimiento, más merecida.
Sea como sea, es el final de un ciclo y el inicio de otro en el fútbol femenino español. Y entendiendo todo o sin entender nada, aquí seguiremos, al pie del cañón e incondicionales.
Adiós a la temporada 2020-2021. Bienvenida sea la campaña 2021-2022.