Hay formas de saber lo que te gusta de muchas maneras. Y hay formas de describir lo que haces de otras tantas…. Déjenme compartir con ustedes mi perspectiva desde dentro. No hace mucho tiempo sentí esa bonita sensación de oler la hierva cuando pisas un estadio de fútbol, ¡qué bonito es lo que pasa antes!
El cuidar cada detalle cuando se acerca un partido, el hacer la maleta o mochila con tus armas, el colocar y asegurar que tus botas estén limpias o cerciorarte de que no falten las espinilleras, ellas te salvan de alguna que otra marca de alguna patada. Y, además, hacerlo con el susurro de que no se te olvide nada.
¡Qué bonito llegar y ver tu equitación colocada con mimo para vestir tus ilusiones! Tu esfuerzo, tu ganas de jugar… ¡qué bonito es formar parte y ser consciente de ello! Llegar, saludar y ver las caras de las que hoy vas a ayudar a ganar la batalla.
¡Qué bonito es sentir en el cuerpo la sensación de que estas hecha para jugar! Y cuán importante la información que te dan en el vestuario. ¡Qué bueno saber qué es lo que te hacía falta para terminar de estar preparada! Y qué bonito es el silencio de la música en el vestuario, que queda de fondo porque tus pensamientos están en primer plano.
Y, por encima, la visualización ocupa tu mente. El sonido de tu conciencia y los sentidos haciendo que todo los ánimos te lleguen a ti misma diciéndote: «¡A tope, con más fuerza, tú puedes!. Vas a superar a tu rival y no se te va a escapar nada. Colócate bien, haz mejor a tu compi. Tira cuando veas que tienes opción. ¡Vamos, estas lista!»
Te concentras. Ves a tus compañeras. Cada quien, en su ritual. Luego te impregnas de olores a cremas. Sprays que se mezclan con la calor de entrar del calentamiento. El silencio de la concentración roto con alguna voz de ánimo y de atención. El ritual de antes de empezar. Todo listo y en condiciones para juntarnos y unir nuestras fuerzas. Sacar en el grito los nervios y cantar alto por lo que luchamos, evocar nuestra unión con un firme propósito.
¡Y qué bonito cuando sientes el himno que te eriza la piel y entonces simplemente sonríes y sientes que ya es el momento!
Lo mejor, sin duda, es las sensaciones que te otorga el poder hacer lo que te llena. El poder compartir momentos y el experimentar con los sentidos lo que estas destinada a hacer. Lo mejor es el estar, el pertenecer.
Esta es mi particular carta a modo de despedida de todas estas sensaciones que ya no podré tener y que, sin duda, solo puedo dar un GRACIAS FÚTBOL.