En la actualidad, Sevilla Fútbol Club y Real Betis Balompié son los grandes referentes del fútbol femenino sevillano. Poco a poco, han logrado asentarse en primera división, así como alcanzar puestos históricos en la Copa de la Reina y en la Copa Andalucía. A esto se une que sus canteras son cada vez más grandes y fructíferas. Contando con ello, no cabe duda de que el crecimiento de ambas entidades ha influido directamente en la evolución del fútbol femenino en su entorno.
A pesar de todo, estos equipos no fueron pioneros en Sevilla en lo que al fútbol femenino se refiere. Es cierto que los dos grandes del balompié hispalense han sido los más laureados, especialmente en los tiempos recientes. Sin embargo, la historia del fútbol femenino sevillano la han escrito y la siguen escribiendo muchos otros clubes.
CD Híspalis, la semilla
El año 1992 es recordado en la ciudad de La Giralda por la celebración de la Exposición Universal que tuvo lugar entonces. Para buena parte de sus habitantes, aquel fenómeno supuso un punto de inflexión hacia la modernidad y el progreso. Sin embargo, este acontecimiento, aunque tuvo un impacto realmente relevante, fue efímero. Solo duró unos meses y de muchos de sus pabellones apenas quedan vestigios.
Casualmente, aquel año también ocurrió otro suceso trascendental para la capital y que luego tendría repercusión en toda la provincia. En el apartado deportivo, en 1992 surgió el decano del fútbol femenino en Sevilla. No obstante, sus precedentes se sitúan unos meses antes, con una convocatoria muy especial de la selección andaluza femenina de fútbol.
Rondaba 1991 cuando desde la Federación Andaluza encomendaron a Pilar Vargas, la primera mujer de España con el título de entrenadora, construir la selección femenina. «Hice la selección andaluza compuesta por equipos de fútbol sala de Sevilla y equipos de fútbol de Málaga; la mitad de cada provincia. Fue así porque no existía la selección ni había equipos federados», recuerda la entonces seleccionadora.
Dicha experiencia sirvió de motivación para formar un equipo de fútbol femenino en la ciudad hispalense. Aquella nueva plantilla, precisamente, se nutrió de jugadoras de fútbol sala que estaban compitiendo en Sevilla. Una vez conseguido el visto bueno de las futbolistas, quedaba encontrar un escudo que defender, así como conseguir otros apoyos.
«Me maté buscando patrocinadores. Nadie creía en el fútbol femenino. No sabía qué hacer con las jugadoras, que tenían mucha ilusión. Yo, como era seleccionadora de Andalucía, no las podía dirigir. El primer entrenador que tuvieron fue Medrano», explica Pilar Vargas.
Finalmente, un día apareció por los entrenamientos Manolo Peña, presidente entonces del CD Híspalis. Se interesó por la iniciativa y acordó que su club se haría cargo de este nuevo conjunto. De esta manera, en septiembre de 1992, nació oficialmente el decano del fútbol femenino en Sevilla, amparado por un humilde club con sede en Hytasa.
La primera temporada del CD Híspalis fue de adaptación al fútbol once, principalmente. No obstante, la siguiente trajo consigo una ampliación del proyecto, al que se unieron más mujeres y niñas. Tal fue su crecimiento que en la campaña 2001/2002 compitió en la primera edición de la Superliga, antigua denominación de la primera división femenina.
Sin embargo, antes de aquella fecha, el equipo sénior ya contaba con algo de experiencia en División de Honor. Por tanto, el cambio más significativo fue el nuevo formato, que ahora era cien por cien de liga con ida y vuelta. Al final del torneo, las blanquiazules ocuparon la modesta novena plaza, de un total de once. En la siguiente edición igualaron su marca, aunque entonces la liga estuvo formada por más equipos.
A pesar de todo, el acontecimiento más importante de la 2002/2003 ocurrió para el CD Híspalis en Bilbao. El 27 de abril de 2003 se disputó en San Mamés la jornada 22 de la primera división de fútbol femenino. Era el último partido del campeonato y tanto el conjunto sevillano como el Athletic Club tenían mucho en juego. El combinado andaluz se jugaba una clasificación histórica para la Copa de la Reina, mientras que las leonas tenían la oportunidad de ganar su primera liga.
En este contexto, se citaron en ‘La Catedral’ unas 35.000 personas, récord histórico de público en un encuentro de fútbol femenino en España por entonces. Al final, como era de esperar, el conjunto local se llevó los tres puntos y la ilusión copera se desvaneció para las visitantes. A pesar de ello, para la memoria colectiva del fútbol femenino sevillano queda el haber formado parte de aquel hito.
Daiana Borrego, más conocida como Dayi, defendió aquel día la camiseta del CD Híspalis. «Es lo más bonito que he vivido. No obstante, también jugamos en el Ciutat de València, en la ciudad deportiva del FC Barcelona y del Espanyol, en La Cartuja… Todo ello, siendo un equipito de barrio muy humilde», comenta la exfutbolista.
La siguiente campaña fue algo más dura, teniendo el descenso más cerca que la anterior. El equipo no contaba entonces con jugadoras destacadas a nivel nacional ni con un gran presupuesto; el objetivo de cada año era la salvación. Sin embargo, la suerte del club empezaría a cambiar en el próximo curso. Antes de comenzar dicha liga, alguien muy importante llamó a su puerta.
El Sevilla FC llega al fútbol femenino
Con casi cien años de vida, el Sevilla FC todavía no había dado la opción a las mujeres de defender sus colores sobre el terreno de juego. En concreto, fue en la 2004/2005 cuando se atrevió a dar el paso hacia el fútbol femenino. Desde Nervión se había observado la trayectoria del CD Híspalis que, aunque con ciertas complicaciones, había logrado ser un fijo en la Superliga. Tras una serie de conversaciones entre ambas entidades, se llegó a un acuerdo para unir a los dos clubes.
El CD Híspalis femenino pasó entonces a estar patrocinado por el Sevilla FC, de forma que su indumentaria y sus símbolos serían los sevillistas. Incluso pasó a jugar de anfitrión en el mismo terreno que el Sevilla Atlético. De esta manera, la institución blanca y roja consiguió dar sus primeros toques directamente en primera división. Además, poco a poco, a la plantilla se irían incorporando fichajes destacados.
Uno de los primeros encuentros oficiales del Sevilla FC fue ante el FC Barcelona, también recién llegado a lo más alto del fútbol femenino. El choque se desarrolló en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán el 23 de enero de 2005 y vencieron las de casa por 8-0.
La evolución continuó siendo favorable durante el resto de la temporada, hasta el punto de acabar clasificadas muy por encima de lo visto anteriormente. Quinta posición y clasificación histórica para la Copa de la Reina. No solo sería esta la primera edición copera que jugaría el Sevilla FC, sino también la primera de la historia para el fútbol femenino sevillano.
Los cuartos de final se jugaron frente al Irex Puebla, hoy Extremadura Femenino CF. Por entonces, el equipo pacense era uno de los principales referentes del país en fútbol femenino, aunque acabó la liga por debajo del Sevilla FC. Las sevillistas cayeron por la mínima en la ida y en la vuelta (2-1 y 0-1), ante quienes acabarían disputando la final del torneo. También para esta ocasión especial, el estadio de Nervión volvió a ser el escenario de un duelo sin precedentes cuando las suyas ejercieron de anfitrionas.
El fútbol femenino sevillano gana prestigio
La primera temporada con el acuerdo entre el CD Híspalis y el Sevilla FC ya dejó más de un récord por el camino. Sin embargo, lo más destacado estaba aún por llegar. De cara a la 2005/2006, el plantel se vio significativamente reforzado. Sebastián Borrás continuó siendo el entrenador, puesto que ocupaba casi desde los inicios del CD Híspalis. Así, la gran noticia fue que algunas de las grandes futbolistas de primera división decidieron aquel curso lucir la elástica sevillista.
Dayi Borrego: «El Sevilla FC DE 2005 ERA INCREÍBLE. O SEA, si miras figura por figura, era una selección de ensueño»
En dicha campaña, Dayi formó parte del Estudiantes de Huelva, pero siguió de cerca a sus anteriores compañeras. «Aquel equipo era increíble. O sea, si miras figura por figura, era una selección de ensueño. Habíamos visto a esas jugadoras competir fuera y con la selección, pero no en nuestras filas. Se hizo un grupo con nombres como Auxi Jiménez, Alicia Fuentes, Vanesa Gimbert, Willy Romero, Alexandra López… Son futbolistas que han llegado a lo máximo. Han ganado títulos y han estado en la selección española», comenta la exjugadora sevillana.
Ciertamente, el equipo compitió como nunca antes lo había hecho. Lideró la Superliga durante buena parte del campeonato, algo impensable dos años atrás. El Sevilla FC, así como el CD Híspalis, estaban viviendo los mejores momentos de toda su historia, en cuanto a resultados deportivos. En este contexto, alcanzaron la última jornada liguera con el primer puesto en su poder, dos puntos por encima del RCD Espanyol.
Las sevillistas dependían de ellas mismas, solo necesitaban vencer al Athletic Club en Lezama. El conjunto catalán, por su lado, jugaría a la misma hora frente al extremeño Irex Puebla. Finalmente, a la hora de la verdad, las pericas ganaron en su choque y el Sevilla FC empató a tres en Bilbao. Igualadas a sesenta puntos en la clasificación, la diferencia de goles dio como campeonas a las de la entidad barcelonesa. Más precisamente, fue solo por un gol de diferencia.
Pese al jarro de agua fría, aquella marca sigue siendo la más alta conseguida jamás por un club de fútbol sevillano en primera división femenina. Además, Auxi Jiménez fue la máxima anotadora de la liga y el equipo se clasificó para la Copa de la Reina por segunda vez. Sin embargo, en la aventura copera, el combinado sevillano se cruzó en cuartos con el RCD Espanyol, ante el que perdió en los dos partidos.
A la campaña siguiente, las sevillistas bajaron hasta el quinto puesto en la Superliga. Por el contrario, subieron el listón en la Copa de la Reina. Por primera vez en su historia, accedieron a las semifinales. En cuartos vencieron por 2-1 al Atlético de Madrid, tanto en la ida como en la vuelta. En semifinales se midieron con el Levante UD, al que ganaron en la primera cita, pero no en la segunda. El resultado global fue de 3-4 y favoreció a las granotas, quienes posteriormente alzarían el título.
La caída de los grandes
La edición liguera de 2007/2008 sería la última con el Sevilla FC y el CD Híspalis unidos bajo un mismo escudo. El equipo se había consolidado como una gran potencia en la Superliga, debido a sus últimas marcas y a las jugadoras con las que contaba. Pese a ello, se produjo una reestructuración en el plantel, del que salieron algunas futbolistas destacadas.
De la noche a la mañana, el conjunto sevillano pasó de rozar la final de la Copa de la Reina a perder la categoría. Las sevillistas acabaron colistas y el acuerdo entre el CD Híspalis y el Sevilla FC se dio por finalizado. A partir de entonces, cada entidad competiría por separado. El puesto en segunda división se lo quedó el CD Híspalis, mientras que el Sevilla FC tuvo que empezar desde provincial, como marcaba la normativa.
No obstante, el cuadro de Nervión, «estando en provincial, tenía jugadoras que habían jugado en primera. Era cuestión de tiempo que volvieran a la élite», subraya Dayi, que la temporada del descenso cayó lesionada en enero. Diferente era la situación del combinado blanquiazul. «Quieras o no, pensabas que el Híspalis iba a tener más complicado volver a subir. Estamos hablando de un equipo que no era top; en cuanto a infraestructuras, apoyo económico y posibilidades», reflexiona también la exjugadora.
Efectivamente, el CD Híspalis nunca más ha retornado a la primera división de fútbol femenino, mientras que el Sevilla FC sí lo hizo rápidamente. De esta manera, la provincia andaluza se quedó sin referentes en la máxima categoría por varios años. No obstante, como apunte positivo quedan los tímidos logros a nivel social que se alcanzaron para el fútbol femenino sevillano.
Como recuerda Dayi, en aquella época dorada que acababa de terminar, muchos aficionados sevillistas se interesaron por el equipo femenino. Tal fue la acogida que era habitual ver a más público en una jornada de Superliga que en una del Sevilla Atlético (segundo equipo masculino). En parte, se avanzó en visibilidad y reconocimiento.
Mientras las dos figuras más importantes del fútbol femenino sevillano pasaban por cierta crisis, un nuevo referente acababa de nacer. Un club que sigue siendo de referencia, especialmente en materia de cantera, y que fue clave en la historia de otro icono del balompié hispalense.
Azahar CF y Real Betis Féminas
En la campaña 2007/2008, se creó en la barriada de Pino Montano el Azahar CF, de vestimenta verdirroja. Jugó en categoría provincial su primer curso, pero tuvo que cesar su actividad por escasez de personal en la plantilla. Pese a ello, se refundó de cara a la 2009/2010, gracias, fundamentalmente, a Juan Salvador Sanz ‘Maikel’ y a Francisco Movilla. Entonces, un conjunto sénior y otro cadete pudieron competir.
La siguiente temporada consiguió formar un equipo más, pero la gran noticia no fue esa, sino que el Real Betis se interesó por el proyecto. Al igual que hicieron el Sevilla FC y el CD Híspalis, el club verdiblanco firmó un acuerdo de patrocinio junto al Azahar CF. Así, tras más de cien años de historia, la institución de Heliópolis se unió al fútbol femenino. En concreto, el contrato afectó al primer equipo (dirigido por Antonio García Corriente) y al cadete (entrenado por Maikel).
La primera liga del Real Betis Féminas fue la 2011/2012, en la categoría provincial sevillana de fútbol femenino. En su primer encuentro oficial se midió con el CDF Aficionados de Écija, al que venció por 9-0. Como era de esperar, el plantel bético se hizo con el título de campeón de la competición. Además, acabó ascendiendo a segunda división debido a que hubo una plaza vacante de cara al próximo curso.
Una de las futbolistas más destacadas de esta primera etapa del Betis fue Séfora Polvillo, ‘Sefo’. Suyo fue el primer gol en competición oficial de la entidad, así como muchos otros que firmó en las campañas siguientes. No obstante, ella reconoce que «dar el último pase de gol es lo que más me gustaba y los abrazos de gol…».
«Fue un gran acierto involucrarme con el Betis, sobre todo por todo lo que conllevaba y lo que suponía estar amparada por una institución así. Puedo decir que fueron mis mejores años como futbolista. La calidad humana del cuerpo técnico y todos los que nos rodeaban y, en especial, la piña que formamos las jugadoras… En resumen, formamos una gran y bonita familia que aún perdura en el tiempo», añade Sefo.
Ella fue una de las jugadoras que permaneció defendiendo la elástica verdiblanca tras la separación entre el Real Betis y el Azahar CF. Concretamente, la unión de ambas partes solo duró una temporada y el puesto en segunda división fue para las béticas. «Los equipos que el Azahar CF aportó al Real Betis se quedaron en mitad y mitad, más o menos. Algunas chicas se quedaron allí y otras retornaron con nosotros cuando nos cesaron. No hemos dejado en ningún momento de competir. Es más, hemos ido creciendo poco a poco y llegando a tener este año siete equipos», explica Maikel, ahora coordinador del club verdirrojo.
De esos siete conjuntos, la mayoría son de cantera, aunque hay uno sénior muy llamativo. El caso es que el Azahar CF ha superado las fronteras sevillanas y cuenta en Huelva con el Atlético Azahar. Resumiendo las palabras de Maikel, este plantel se creó porque varias futbolistas del combinado sevillano eran de Huelva, bastantes como para formar un nuevo equipo. Aquello fue hace cuatro campañas y ya es todo un referente del fútbol femenino onubense.
En paralelo al origen del Azahar CF y del Real Betis Féminas, los demás equipos de la zona también siguieron avanzando. El Sevilla FC ascendió de provincial a primera división en menos tiempo de lo esperado, pues se vio beneficiado por una ampliación de la Superliga. Así, las sevillistas volvieron a la categoría de oro en la 2009/2010. Sin embargo, no lo tuvo fácil, pues el cambio de nivel fue significativo y pasó factura.
María Pry y Ana Llamas, al rescate
La primera mitad de la década de 2010 fue similar a una montaña rusa para el Sevilla FC y a un trampolín para el Betis. Las sevillistas anduvieron entre primera y segunda división varias campañas, mientras que las béticas subieron a paso seguro los escalones de la categoría de plata. Pese a ello, si en algo coincidieron fue en que evolucionaron con María Pry y Ana Llamas como entrenadoras.
La temporada 2010/2011 de la Superliga fue una de las más extrañas en cuanto a formato que se recuerdan. Nada tuvo que ver con el actual sistema de Primera Iberdrola. Dicho torneo se dividió en varias fases y los equipos competían en diferentes grupos, según la ronda. María Pry encabezaba entonces el cuerpo técnico del Sevilla FC, llegado desde provincial.
Aunque no fue su peor campaña, el equipo descendió. A pesar de ello, la del Aljarafe continuó como entrenadora para la 2011/2012. De cara a esta temporada, estuvo presente también Ana Llamas como preparadora física, siendo su puesto principal el de entrenadora del filial. Finalmente, juntas lograron devolver al cuadro de Nervión a primera división, una hazaña compleja, conociendo el antiguo formato de ascensos en el fútbol femenino.
Pese a cumplir el objetivo, tanto María Pry como Ana Llamas decidieron desvincularse del Sevilla FC. En el camino de ambas se cruzó el Real Betis Féminas, que afrontaba su segunda temporada de existencia. Ficharon por el club heliopolitano en 2012 y permanecieron en él hasta 2019, dejándolo totalmente asentado en la Liga Iberdrola.
Teniendo en cuenta la rivalidad que hay entre el Sevilla FC y el Real Betis, este cambio de aires puede llamar la atención. Sin embargo, la relación de mencionadas entidades es mucho más cordial en términos de fútbol femenino. Al no existir el Betis hasta 2011, las jugadoras que querían crecer en Sevilla, apenas contaban con las opciones del Sevilla FC y el Híspalis.
Por tanto, ahora que la institución verdiblanca tenía un equipo femenino, no fueron pocas las sevillistas que pasaron a formar parte del eterno rival. Esta es una dinámica que se ha dado también a la inversa, siempre con total normalidad. Por ejemplo, Bea Prieto, hoy capitana del Ciudad Alcalá CF, pasó por ambos clubes.
«En el ámbito femenino no considero que haya tanta polémica en ese tema. Siempre está ese ‘pique’ sano entre los dos equipos grandes de la ciudad, pero siempre dentro del respeto y la tolerancia. Nunca nada más allá fuera de lo normal. Por lo menos, así lo viví yo», relata Bea Prieto.
En total, dos ligas consecutivas del grupo IV de segunda división levantó el Betis Féminas de María Pry y Ana Llamas. No obstante, lo más importante fue el ascenso a primera división en la campaña 2015/2016. Como anécdota queda la victoria bética en el primer derbi sevillano de la historia jugado en un partido oficial (2-1). Correspondió a la eliminatoria de la Copa Andalucía de 2015. Anteriormente se disputó otro derbi, aunque fue entre la primera plantilla bética y la segunda sevillista.
Una nueva época de bonanza
El año que el Betis subió a primera división, el Sevilla FC no pudo hacerlo, pues ambos estaban en segunda y solo podía ascender uno. No obstante, la llegada al club sevillista de Maribel Márquez y Ana Sánchez como entrenadoras fue clave para su vuelta a primera. A pesar de ello, la entidad de Nervión decidió destituir a ambas tras cumplir dicho objetivo. Desafortunadamente, en materia de condiciones laborales, las mejoras en el Sevilla FC no se han producido hasta los tiempos más recientes.
En este panorama, no hubo derbi sevillano en la máxima categoría hasta la sesión 2017/2018, que cayó nuevamente del lado verdiblanco (0-1). Una temporada después, el gran derbi femenino se celebró por primera vez en el Benito Villamarín, donde empataron a uno frente a miles de personas. En esta línea, la segunda mitad de la década de 2010 y la entrada en la de 2020 ha sido especialmente fructífera para ambos. Cada uno ha batido algunas marcas, tanto para su propia historia como para la del fútbol femenino sevillano.
El Real Betis Féminas jugó por primera vez la Copa de la Reina en 2018, tras quedar quinto en liga. Pese a ello, perdió los dos choques de cuartos ante la UDG Tenerife (0-1 y 2-1). En 2018/2019 cayó en los penaltis de octavos tras empatar a tres con el Athletic, pero en 2019/2020 derrotó en octavos al Atlético de Madrid. Sin embargo, cayó en cuartos de final con el EDF Logroño.
Por su parte, el Sevilla FC alcanzó las semifinales coperas en la campaña 2018/2019. Superó al EDF Logroño en octavos y al Levante UD en cuartos, quitándose la espinita de unos años atrás. En semifinales no pudo con la Real Sociedad. Ya en la 2019/2020, llegó otra vez a ‘semis’, pero salió derrotado ante el FC Barcelona. Así, el conjunto dirigido entonces por Cristian Toro, ha vuelto a ser un referente a nivel nacional, como el Real Betis.
En cuanto a cantera, el filial de cada institución ha conseguido plantarse en Primera Nacional, la tercera categoría más alta en fútbol femenino. En la misma liga juega el primer equipo del CD Híspalis, que por muchas temporadas mantuvo el tipo en la anterior versión de segunda división.
Nuevos referentes del fútbol femenino sevillano
En la provincia de Sevilla, los cuatro grandes protagonistas históricos son los mencionados hasta el momento: CD Híspalis, Sevilla FC, Azahar CF y Real Betis. No obstante, en los últimos tiempos han surgido caras nuevas que han ido acaparando las miradas de las futbolistas. Así, los triunfos de los cuatro principales referentes han fomentado, directa e indirectamente, la proliferación de equipos de fútbol femenino en la zona.
«Ahora puedes elegir un equipo por barrio o pueblo. Lo que más se adapte a ti y a tus necesidades por estudio, trabajo, compatibilidad de horario, etcétera. Antes era impensable», comenta Sefo. Sin embargo, estos avances tienen también unos límites. «Es cierto que hay distintas oposiciones, en el sentido de que, por ejemplo, en los pueblos, a veces, no hay tanta capacidad para tantos equipos. Por eso, a veces tienes que acudir a municipios cercanos para poder crear uno», declara Dayi.
Bea Prieto: «Cuando una futbolista destaca en un pueblo, tiende a seguir creciendo en la capital»
Sobre esta emigración futbolística, Bea Prieto argumenta que «va a seguir existiendo. Es verdad que se crean muchísimos equipos en los pueblos de la provincia de Sevilla, como fue el Lora CF y muchos otros bastante competentes. Pero en el momento en el que ese mismo equipo o cualquiera de sus futbolistas destaca, se tiende a seguir creciendo en la capital. Ya no tiene por qué ser en Betis o Sevilla, sino en otros equipos que también tienen grandes trayectorias».
En la capital, entre 2013 y 2019, la AD Nervión se convirtió en uno de los nuevos referentes. Compitió entre segunda división nacional y segunda andaluza, aunque de manera irregular, pues no todos los años tuvo equipo. Pese a ello, contó en sus filas con algunas jugadoras destacadas de la provincia.
No obstante, el suceso más significativo de los últimos tiempos ocurrió en 2015. Entonces, cada uno por su lado, surgieron el CD Honeyball Femenino y el Ciudad Alcalá CF. El primero, en Sevilla Este, el segundo, en Alcalá de Guadaíra. Los dos se dedican exclusivamente al fútbol femenino y compiten en Segunda Andaluza Femenina, donde son siempre rivales directos con opciones al título.
Mientras que el CD Honeyball Femenino gana popularidad en la capital, el conjunto panadero lo hace en la provincia y entre algunas veteranas. Destacable es este último aspecto, pues, desde su primera temporada, el Ciudad Alcalá CF contó con históricas jugadoras sevillistas, béticas y del CD Híspalis. Por tanto, la llegada de ambas entidades al mapa del fútbol femenino sevillano supuso, en parte, cierta revolución. Además de estos dos clubes, muchos otros están apostando por la cantera y dando que hablar, como el CD Servalabari, recientemente.
En cuanto al fútbol femenino en otras localidades, puede destacarse la labor de equipos como el Huévar CF, el CDF Aficionado de Écija, el RCD Nueva Sevilla, la UD Loreto, el CD Mairena, el Osuna Bote Club, el CD Utrera, el CD Valencina FC o el CD Arahal Balompié. Todos ellos se han hecho un hueco en la provincia y atraen a jugadoras de sus entornos. Además, buena parte de estas y otras futbolistas han pasado por las filas de la selección provincial, que también lleva años teniendo en cuenta a las sevillanas más jóvenes.
Un futuro prometedor
Por tanto, tras este paseo por la historia del fútbol femenino sevillano, se comprueba que hoy está más vivo que nunca. Aunque el Real Betis y el Sevilla FC siguen con su particular duopolio de atención (por méritos propios), nuevos iconos están formándose en la provincia.
A fin de cuentas, esta evolución y expansión del balompié hispalense se traduce en más oportunidades para las futbolistas. Las puertas están más abiertas que nunca para quienes sueñan con ser como Priscila Borja, Irene Guerrero, Lola Gallardo, Olga Carmona o Rosa Márquez. Eso sí, todavía pueden abrirse mucho más.
Por otro lado, el entorno internacional también está teniendo en cuenta a la capital andaluza en estos últimos tiempos. Equipos como el Arsenal Ladies y el Bayern de Múnich han disputado varios amistosos en la ciudad hispalense. No obstante, para histórico quedó el encuentro de la selección española femenina en La Cartuja, disputado el 23 de octubre de 2020. Fue su primera vez en dicho estadio y venció por 4-0 a la República Checa en un partido clasificatorio para la Eurocopa de 2022.
Atrás tampoco queda la cobertura mediática, donde se han producido avances considerables, como subrayan Dayi, Sefo y Bea Prieto. Cada vez se tiende más en este terreno al trato profesional y de calidad, sin perder la cercanía. En definitiva, la imagen que el periodismo sevillano da de su fútbol femenino también repercute en la consideración que el público tiene de las jugadoras. Así, que el fútbol femenino sevillano siga evolucionando acaba por ser una especie de trabajo en equipo, como es este mismo deporte.