Hace poco más de un mes y medio la Selección Española Femenina parecía estar más muerta que viva. La renuncia expresa de quince de sus principales futbolistas, más el apoyo de algunas otras, hicieron tambalearse los cimientos de la Roja, a menos de diez meses de su debut en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023. A mediados de noviembre, sin embargo, el combinado nacional parece lucir tan terso y suave como el culito de un bebé. En efecto, gracias a la desbordante calidad que derrocha el fútbol español femenino hoy día, las jugadoras que han sustituido a la columna vertebral rebelde están mostrando, en los amistosos pre-mundialistas, una mezcla de ambición, frescura, ilusión y calidad, que hace renacer las esperanzas en que la Selección Española Femenina hará un buen papel en Nueva Zelanda y Australia.
Debutantes
Siete futbolistas debutaron en el día de ayer en el Estadio Municipal de Fútbol Álvarez Claro de Melilla, ante 3.119 espectadores. Fueron Inma Gabarro, Salma Paralluelo, María Méndez, Alejandra Bernabé, Fiamma Iannuzzi y Ana Tejada, así como Enith Salón bajo palos. El buen hacer de todas podría pensarse que deja en evidencia al obstinado empeño del seleccionador, Jorge Vilda, por hacer jugar siempre, en el pasado, a muchas de las jugadoras que posteriormente renunciaron. Sea como fuere, en la actualidad, por necesidad, la Selección Española Femenina se ha renovado y se ha llenado de savia nueva. Así, las jugadoras que ahora componen la nueva columna vertebral española, unidas a las debutantes, golpearon ayer con furia al combinado argentino. Alba Redondo abrió el marcador y, a partir de ahí, todo le vino rodado a la Selección Española Femenina. De las que se estrenaban, marcaron la barcelonista Salma Paralluelo, que vio puerta tres veces, y la sevillista Inma Gabarro.
7-0 a Argentina
Por Argentina, jugaron conocidas de la Liga F como Vanesa Santana, Flor Bonsegundo, Aldana Cometti y Estefanía Banini. También Vanina Correa o Yamila Rodríguez militaron antaño en equipos de la máxima categoría española. Argentina, que también está preparando la cita mundialista, no parecía un rival propicio para las goleadas. Sin embargo, el duelo no tuvo color. Al gol de Alba Redondo, anotado en el minuto veinte de partido, siguió otro de Maite Oroz, y luego los dos primeros de Salma. Con 4-0 llegó el descanso. En la primera mitad, las futbolistas dirigidas por Jorge Vilda fueron dueñas del balón. Tampoco se cortaron a la hora de apostar por la verticalidad y el desborde. Sin complejos, las jugadoras españolas buscaron, y encontraron, el gol, mezclando con habilidad el desparpajo individual y el juego colectivo. Cardona y Carmona, dos de los puntales de la actual selección, se quedaron en la caseta en el descanso. Salieron Athenea y Bernabé. Esta última fue la cuarta debutante de la jornada, ya que Enith, Salma y María Méndez habían salido de inicio. Precisamente, Salma tuvo tiempo de cerrar su hat-trick antes de ser sustituida por Sheila. A lo largo de la segunda parte, llegó el turno para el debut de Fiamma, Gabarro y Ana Tejada. El sexto gol lo anotó Athenea y Gabarro fue la que cerró el marcador. A pesar de los cambios, la Selección Española Femenina siguió haciendo gala de una gran rotundidad defensiva y no alteró sus señas de identidad, marcadas por la presión alta y la búsqueda de la portería argentina. El 7-0 final da muestras de su apabullante buen hacer durante todo el partido.


Impresiones
Salma Paralluelo se mostraba exultante en la rueda de prensa posterior al encuentro. La atacante del FC Barcelona, que no fue la única culé de la convocatoria (también está María Pérez, que no jugó), reconoció que tenía «muchas ganas de debutar con la absoluta». La delantera, que señaló que había sido un día «muy especial», afirmó también que «este es el inicio». Su debut, con un triplete goleador, es de los más fulgurantes que se recuerdan en la Selección Española Femenina. Más controvertidas podrían haber sido las declaraciones de Jorge Vilda, que desde que tuvo que recomponer la selección acumula dos victorias y un empate, lo cual podría darle pie a sacar pecho. El seleccionador, sin embargo, no entró al trapo cuando se le preguntó por la posible presencia de Alexia Putellas en el próximo mundial. Así, hizo hincapié en que solo habla «de las jugadoras que están aquí». Con respecto al grupo con el que cuenta en la actualidad, explicó que «no es fácil» alcanzar el gran nivel que exhibió ayer. Tampoco lo es que las seleccionadas se muestren tan «conjuntadas», ya que «no han jugado muchas veces juntas». No obstante, afirmó que desde el primer día han mostrado «muy buena actitud». «Hay muy buen ambiente y tienen muchas ganas de demostrar lo buenas futbolistas que son», zanjó. Su valoración del partido fue positiva en todos los sentidos y destacó «la ambición» y «la buena actitud» de sus pupilas, aunque aspira a mejorar aún más.
El camino está marcado
La inédita situación que está viviendo el fútbol femenino español nadie sabe como acabará, pero lo que está claro es que ha cortado de raíz la inocencia que aún pervivía en él. La renuncia a la Selección, liderada por las jugadoras del FC Barcelona y no secundada por las del Real Madrid, ha abierto la primera brecha. La manera en la que las futbolistas han movido la silla del seleccionador, no compartida por un sector de sus compañeras, así como tampoco por parte del entorno futbolero, ha marcado otra fisura. De repente, parece que la profesionalización ha traído la madurez al balompié femenino, con sus cosas buenas, pero también ha venido de la mano de las dificultades propias de la edad adulta, que no son otras que la tensión, el estrés y la necesidad de tomar decisiones no siempre fáciles. Quizás fuera algo imposible de evitar. Lo que parece claro es que la Selección Española Femenina, que parecía que iba a ser la gran damnificada de ese proceso de maduración exprés, está manteniendo el tipo. Argentina ha sido una piedra de toque, que marca el camino a seguir contra Costa Rica, en el debut mundialista del 21 de julio. El choque ante Japón del próximo martes será, si cabe, un ensayo mayor aún. Las niponas comparten grupo con España en la fase previa, por lo que el partido será un adelanto de lo que veremos en Auckland el próximo 26 de julio.