Octubre de 2019. No hace tanto. Decía entonces el embajador de Qatar en España, Jaham Al-Kuwari, que las mujeres estaban muy integradas en la sociedad qatarí. Hizo referencia al Mundial de Qatar 2022: «Qatar se prepara para reunir a todo el mundo y las mujeres tienen un papel muy importante, porque están en todos los sectores, tanto políticos, como económicos, diplomáticos… son la mitad de nuestra sociedad y le damos mucha importancia a su rol», aseguraba.
Un país regido por la sharia, donde el testimonio de un hombre vale lo mismo que el de dos mujeres, donde las mujeres no pueden entrar en cualquier oficina a realizar trámites burocráticos normales, no pueden viajar solas sin autorización expresa de un hombre, o donde no cobran en absoluto lo mismo que un hombre por hacer el mismo trabajo.
Sí, es cierto que el nivel de riqueza alto del país en parte favorece un tanto a esa visión de apertura del papel de la mujer en su sociedad, pero más bien parece una máscara, un espejismo.
Qatar. Ceremonia de entrega de premios del Mundial de Clubes 2021. El trofeo este año había contado con tres mujeres en la lista arbitral presentada por la FIFA. Las brasileñas Edina Alves Batista y Neuza Back junto a la argentina Mariana de Almeida estaban llamadas a formar parte de la historia del fútbol por ser las primeras colegiadas que arbitrarían en esta competición.
Las autoridades de la competición y del país saludan a los jueces de la competición antes de la entrega de trofeos. Y ahí está el vídeo que se ha hecho viral. Solo seis segundos para desmontar ese «papel importante» de la mujer en Qatar del que se presumía. Saluda el jeque al primer árbitro, hombre, chocando el puño (cosas del protocolo que se sigue por causa del COVID), pero no así al pasar las dos colegiadas. Parece desviar la mirada para evitarla quizás… ella parece mirar por un momento y continúa su paso. Probablemente estuvieran advertidas de que «es la costumbre» o quizás «la tradición» o los preceptos de su religión.
¡Qué cosas! Más bien parece un desprecio, un desplante y una falta de educación.
Claro, el vídeo causa revuelo y empieza a ser criticado. Y se empieza a buscar justificación para excusar esta actitud a vista de todos machista y misógina. Es ese momento en el que se nos caen las caretas y nos vemos a cada cual como somos, en nuestras actuaciones.
Aún en muchos sitios, aún en nuestro propio país, se entienden ciertos roles, como el del deporte, como el del fútbol, aún como algo propio de hombres donde nosotras no tenemos cabida.
No es más que el reflejo de nuestro, de nuestra sociedad y de nuestro día a día. Y por eso continúa siendo importante la lucha por reivindicar nuestros derechos, los de las mujeres, los de nuestras hijas. En España o en Qatar.
La recompensa, el reconocimiento, el premio, debería venir después de cumplir con unos mínimos de respeto y educación, que es la base de la igualdad entre las personas.
Y nosotros seguimos celebrando eventos bajo los valores del deporte en países que carecen de ellos.
Te espero con ojos de sospecha, Mundial de Fútbol de Qatar 2022. Y me temo que no nos vas a sorprender.