Tras una jornada de derbis de lo más curiosa y otra rocambolesca jornada de partidos no jugados por el temporal, llegaron las semifinales de la Supercopa de España de Fútbol Femenino. Dos encuentros disputados entre el Levante y el EDF Logroño por una parte, y el Atlético de Madrid frente al FC Barcelona, por otra, que podemos resumir como choques realmente interesantes para una final que pinta en la misma dirección.
El resumen y resultado se traduce en lo que llevamos comentando toda la temporada para la liga Primera Iberdrola: la competición está este año muy igualada y peleada. Y de la misma manera se ha traducido a estas semifinales. Con una salvedad: la derrota, tras meses y meses de cómodas victorias consecutivas, del FC Barcelona.
Lo obvio e indiscutible es que el Barça está en uno o varios escalones por encima de la mayoría de los equipos de Primera Iberdrola. Eso se nota en los resultados. No es cuestión de criticar, no es cuestión de preguntarse. Esto es el resultado de inversión y trabajo, dando resultado al cabo del tiempo. Eso sí, el Atlético de Madrid, que parecía este año “ninguneado” entiéndanme bien y no busquen la ofensa, por equipos que se sentían capaces de medirse al mismo nivel y de pegarle un empujoncito, ha querido dar un puño en la mesa y reivindicar su papel en el máximo nivel del fútbol femenino español.
Es cierto que muchos equipos han mirado a las colchoneras de tú a tú. También cierto que las rojiblancas quizás imbuidas en una dinámica un poco irregular, se habían venido un poco abajo en cuanto a los resultados. Y cierto que no ha podido faltar la polémica arbitral, como toda buena final que se precie… pero, en esta semifinal, las madrileñas quisieron aprovechar todas sus oportunidades para no perder el papel protagonista de nuevo. Les ha dado resultado.
Estreno de lujo, además, para el regreso de Sánchez Vera al banquillo del Atleti.
Y este resultado, además, a pesar de todas las salvedades, le viene muy bien al Barça para crecerse ante la adversidad. Para comprobar que siguen teniendo puntos que trabajar y que aún pueden ser mejores (más si cabe…) si así lo trabajan. Así lo expresaba la capitana, Alexia Putellas, y así lo hemos sabido valorar quienes apreciamos su trabajo.
El otro equipo semifinalista, el que disputará el título del mejor de los mejores al Atlético de Madrid será el Levante. Equipo que también parece haber aprendido a ordenar sus personajes sobre el escenario, a poner sus cartas en orden y a jugar bien, a jugar a gusto… A pesar del disparo de Jade Boho que adelantó a su oponente en semis, el EDF Logroño, las granotas supieron leer el partido y sacar todo el brillo a sus botas. Un partido con jugadas de nivel que dan buena cuenta de la calidad que tienen muchas de las jugadores de nuestros equipos actualmente. Nuestro fútbol femenino goza de buena salud.
Magnífico partido de los cuatro equipos llegados a semis. Estupenda jornada la que nos han hecho vivir todas en esta Supercopa, esa que nos ha hecho soñar a todos con que se puede alcanzar un sueño, con la posibilidad de que no todo está escrito, de que cualquiera, con trabajo, con empeño, con ilusión, puede alzar el título. El más humilde de los equipos, el más grande de todos. Los que llevan años trabajándolo y los que han llegado hace relativamente poco tiempo a pelear su sitio. Y esto es síntoma del buen momento que viven nuestras jugadoras (y lo que darán de sí de continuar el trabajo) y nuestras competiciones de forma particular (que también apunta alto).
¿Qué sorpresas nos traerá la final? Quedan abiertas todas las posibilidades. Todo está en juego en Almería.