La jornada 6 de la Primera Iberdrola enfrentó a Rayo Vallecano y Real Sociedad en Madrid en una mañana muy soleada. En Vallecas ansiaban una victorias con la que poder coger oxígeno y escalar posiciones en la tabla para salir de la zona roja. En frente, toda una Real Sociedad con unos objetivos muy ambiciosos: Europa. Los planteamientos de Quejigo y Arroyo pasaban por torpedear el ataque rival y tratar de hacer gol cuanto antes, por eso, los primeros minutos tuvieron presencia en área contraria para ambos clubes. Una presencia que se tintó de azul cuando pasaron los primeros 15 minutos.
Ritmo vertiginoso en la primera
Desde el principio el partido se preveía con un ritmo de vértigo, atendiendo a los intereses de ambos conjuntos. Ya desde los primeros compases fueron subiendo las pulsaciones, unas que fueron aumentando hasta el final del primer periodo. Sí bien en un inicio el encuentro estuvo algo igualado y hubo momentos de tanteo, pronto se tornó de lado realista, quienes terminaron dominando el terreno de juego y el marcador. De ese modo, marcharon al túnel de vestuario con un 1-3 en el marcador. Hay que destacar el trabajo de María Bores desde el lateral diestro del Rayo, que hacía las veces de defensora y aportaba algo de clarividencia arriba. Tuvo mucho trabajo, además, con Izarne. También destacable el trabajo de Bulatovic o Pauleta, esta última casi logra recortar distancias en los últimos compases de la primera mitad, donde dentro del área sorteó a la defensa y lanzó un disparo que no logró encontrar portería. De lado realista, Nerea Eizagirre, Amaiur o Sanni fueron nombres muy destacables en el ataque. Fueron grandes protagonistas de un asedio que complicaba las tareas a Larqué.
Mismo guion
La segunda parte comenzó con un guion muy parecido a la primera y parecía que seguiría la misma tónica. Inició de forma más igualada y pronto fue la Real quién se hizo con el dominio del esférico. No obstante, a raíz de los cambios, el siempre aguerrido Rayo Vallecano gozó de más ocasiones y tuvo mucha más presencia en el área rival. La mala fortuna, la rocosa defensa realista y la falta de puntería fueron causantes de que no lograran materializar ningún gol. Tampoco ayudó la falta de clarividencia: se mostraban muy espesas al llegar al área defendida por Nanclares. En esta mitad también las de Vallecas tuvieron que defender las embestidas de la Real Sociedad que, sí bien gozaron de ocasiones, no tuvieron tanto acierto como en el primer periodo. También hay que rescatar el papel de Larqué, quien se mostró contundente en sus actuaciones para evitar que las entrenadas por Arroyo aumentaran la distancia.
Mañana de goles en Primera Iberdrola
En el minuto 23 del partido fue Franssi para la Real Sociedad la encargada de abrir la lata. Su gol vino tras uno de los mejores minutos en ataque del Rayo Vallecano. Su disparo encontró portería ante una impotente Larqué.
Poco después llegó el 0-2, de mano de la joven Amaiur en el minuto 26 de partido. La delantera txuri-urdin recibió un buen pase de Nerea Eizagirre, que salía en profundidad y se limitó a empujar el balón.
El 1-2 fue la réplica rayista, en el minuto 27. Bulatovic recibió el esférico algo más alejada de la media luna y aprovechó el adelantamiento de la guardameta Nanclares para disparar sin titubeos, con contundencia. Logró colar el esférico, encaminado hacia el palo izquierdo.
Amaiur aprovechó un rechace de la defensa del Rayo Vallecano para anotar el 1-3 y echar más tierra de por medio en el marcador. Corría el minuto 32 y Amaiur había hecho su doblete personal.
La precisión vence en Primera Iberdrola
En el fútbol hay que marcar y para ello hay que afinar puntería. El Rayo Vallecano perdonó sus ocasiones y eso le penalizó ante una Real sociedad que no titubea de más. Al final, la precisión realista terminó determinando el resultado del partido y los tres puntos se marcharon al norte. En la segunda mitad empezó mejor la Real Sociedad, aunque Quejigo movió ficha y se vivió una mejoría local. Sin embargo, no fue suficiente para romper la muralla de las entrenadas por Natalia Arroyo.