La Comisión Gestora de la RFEF ha hecho oficial el cambio de formato de la segunda división del fútbol femenino español. Para adaptarse al calendario, la competición Reto Iberdrola pasará de dos grupos (Norte y Sur) a cuatro subgrupos y dará comienzo el fin de semana del 17 y 18 de octubre.
Un «posible» paso atrás en el novedoso modelo anunciado hace un año, con el que se pretendía potenciar y consolidar el fútbol femenino de nuestro país.
División por proximidad geográfica
Para esta nueva subdivisión de la categoría Reto Iberdrola, la RFEF ha aplicado el criterio de proximidad geográfica de los clubes participantes. Los dos subgrupos A estarán compuestos por ocho equipos, disputándose un total de catorce partidos. A su vez, en cada uno de los dos subgrupos B habrá un total de nueve equipos que jugarán dieciséis partidos.
Además, la competición se desarrollará en dos fases. En la primera tendrá lugar una liga regular en la que destaca la diferencia en el número de jornadas disputadas. Los equipos de los subgrupos A tendrán catorce mientras que los de los subgrupos B contarán con dieciocho.
Tras la competición regular tendrá lugar una segunda fase en formato liguilla en la que los dieciséis mejores pelearán por las dos plazas de ascenso a la Primera Iberdrola. En cada uno de los grupos Norte y Sur se clasificarán los cuatro mejores de cada subgrupo A y B, formando un nuevo subgrupo de ascenso (ocho equipos) para disputar el título de Campeón de Grupo.
Lucha por la permanencia
Los equipos restantes lucharán por la permanencia en segunda división (Reto Iberdrola) en un subgrupo de descenso. Tanto para los ascensos como para los descensos, la RFEF ha definido enfrentamientos entre equipos que no compitieron en la primera fase. Además, la regularidad será premiada, ya que contarán los puntos obtenidos durante esta fase inicial de clasificación.
Sin duda, un nuevo formato para el que clubes y aficionados tendrán que echar mano de la “calculadora” jornada tras jornada.
Un formato que no termina de convencer
La nueva Reto Iberdrola anunciada en 2019 fue la respuesta a una antigua demanda de los clubes para fomentar la igualdad en la competición. Con menos equipos y más equidad entre los mismos, aumentó la competitividad y se acortaron las diferencias con la Primera División del fútbol femenino.
En el nuevo formato anunciado se pasará de treinta jornadas a un máximo de dieciocho en la primera fase regular. A esto se suma una subdivisión por criterios de proximidad geográfica, que dejaría, a priori, una competición algo “descafeinada”.
Se acrecentan las diferencias
Muestra de ello sería el Grupo Norte en el que, a tenor de la clasificación de la pasada temporada, albergaría un subgrupo 2 con gran cantidad de equipos peleando por el ascenso. Hasta tres equipos (Deportivo Alavés, CD Fundación Osasuna y Zaragoza CFF) podrían estar luchando por las cuatro plazas que dan acceso a la segunda fase. Un subgrupo en el que también estarán los filiales del Atlethic Club Femenino y del FC Barcelona Femení, y equipos tan aguerridos como el SE AEM Lleida o CE Seagull.
Por otro lado, el panorama en el Grupo Sur sería más igualado, con un Fundación Albacete Femenino como uno de los grandes favoritos para el ascenso. Un Funda dirigido por Miguel Ángel Quejigo que quiere volver a ser club de Primera Iberdrola de la mano de fichajes como Clau Blanco (Real Sociedad) y Paula Moreno (RCD Espanyol).
Eso sí, con permiso de clubes como Granada CF, Málaga CF o Villarreal CF, que ya quedaron en lo más alto de la tabla en la temporada pasada. O de un CD Pozoalbense Femenino, que se ha reforzado con hasta ocho nuevas incorporaciones.